
En recientes excavaciones arqueológicas quedó demostrado que ya en la antigua Mesopotamia existían aparatos para la destilación; poco después de dar origen a la rueda, el cálculo y la escritura, aquellas impresionantes culturas comenzaron a experimentar con ciertos principios físicos para elaborar perfumes y esencias. Estos primeros procesos se fueron perfeccionando de forma empírica, por prueba y error. Para las fermentaciones, en cambio, nos costaría encontrar una fecha de origen. Posiblemente cuando el ser humano comenzó a controlar los cultivos con la llegada del Neolítico, aunque es posible que incluso antes .
Podemos imaginar, que el principio básico de la fermentación, pudo haber venido a la mente del hombre por la simple observación de los procesos naturales. Si pensamos en la cebada germinando acaso accidentalmente humedecida por agua de lluvia ,o un fruto caedizo que fermente espontáneamente (manzanas, uvas, piñas, tamarindo). Si los microrganismos encuentran glucosa, fructosa, sacarosa o almidón y se cumplen una serie de condiciones ,pueden desencadenar la fermentación y acabar produciendo etanol .
Es un proceso bioquímico, aunque hoy en día también podamos producirlo industrialmente mediante la reacción de oxidación de eteno. Pero con la destilación no puede haber ocurrido lo mismo, no ha podido ocurrírsele observando la naturaleza. Tal vez aquellos primeros “investigadores” pusieron a cocer o a hervir ,es decir a “cocinar”, aquellas primitivas cervezas y vinos ,para advertir que una vez cocida había perdido toda su fuerza alcohólica. El “spirit” alcohólico se había marchado junto al vapor.
¿Dónde estaba ahora? ¿Se había perdido misteriosamente?
Había que atrapar aquella fuerza alcohólica que se había esfumado. Si recogían el vapor atraparían el “espíritu alcohólico”. Colocando una tapa fría sobre la olla hirviendo y aprovechando el punto de evaporación del alcohol ,anterior al del agua ,podían esperar que lo que subía como vapor se condensara al chocar contra el frío de la tapa .Hoy el vapor asciende por el cuello de cisne de los alambiques y se condensa (vuelve al estado líquido) en la cuba refrigerante . El instrumental se ha perfeccionado mucho, pero el principio físico es el mismo.

Uvas y cereales se fermentaban y se destilaban para aromatizarse con especias, hierbas y mieles . Aunque los árabes traerían métodos muy avanzados para destilar ,los campesinos europeos ya habían comenzado a destilar con métodos rudimentarios. En sus lenguas de origen indoeuropeas encontramos palabras como “wed”,”wod” y “wd” que servían para nombrar al “AGUA” .
De allí derivan woda (para los eslavos) y usquebaugh (en “erso”, variante del céltico). Que más tarde serían Vodka y Whisky. La palabra “Woda”=agua ,sigue el camino del resto de aguardientes y se convierte con los siglos en Vodka ,es poco probable la versión que lo reduce a un diminutivo de agua (agüita) ;sino más bien como Agua de Vida ,Agua Santa…

Con el Whisky sucede lo mismo: del “usquebaugh” en dialecto erso, pasó a las tierras altas de Escocia e Irlanda como “ooska” y “ooskie”,y para los sajones “usky” y “uisge”. Pero ambas, y con ellas otros muchos destilados, nos remiten a aquellos momentos mágicos de las primeras destilaciones. Donde aquellos primeros destiladores, probaban, ensayaban, erraban y “voilà” !!….algunas veces conseguían atrapar ese Spirit, con ayuda de los dioses .
Ese líquido parecía agua (“wed, wod, wd “), pero bien sabían que no lo era, y si lo fuera sería santa, mágica, vital….Aquavit, Aquavitae, Eau de Vie, Uisge Beatha….
Salud!
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